Voces en el silencio: música y reflexión sobre la vulnerabilidad de la niñez y la adolescencia
La violencia y el abandono que sufre la niñez y la adolescencia en Ecuador revelan una crisis que no puede seguir siendo ignorada. Los casos recientes de asesinatos, violaciones y desapariciones de niñas, niños y adolescentes exponen la desprotección de los más vulnerables frente a un sistema que no garantiza su seguridad ni su desarrollo.
Esta realidad resuena en canciones como "Youth of the Nation" de P.O.D., "Cadmo, la Herrumbre del Apego" de Tenemos Explosivos, y "Tierra Verde" de Mel Mourelle, que abordan temas de pérdida, memoria y resistencia en distintas partes del mundo. Historias que exigen justicia mientras las estadísticas de abuso crecen. El llamado urgente es a reflexionar y actuar para proteger a quienes más lo necesitan.
Cuando escucho "Cadmo, la Herrumbre del Apego" de la agrupación chilena Tenemos Explosivos, no puedo evitar pensar en las cicatrices profundas que deja la violencia estructural en el mundo. La canción, con su intensidad lírica y musical, me lleva a reflexionar sobre cómo las historias de pérdida, abandono y deshumanización resuenan en tantos lugares.
Lo mismo me ocurre con "Youth of the Nation" de P.O.D., que, aunque nacida de otro contexto, trae a mi mente esa juventud que parece estar atrapada en un ciclo de sufrimiento y desesperanza. Ambas canciones, con su mensaje tan crudo y sincero, me hacen pensar en los niñas, niños y adolescentes que, constantemente, son orillados a situaciones de violencia, desamparo y desaparición. Los sistemas que deberían protegerlos terminan perpetuando un ciclo de olvido y sufrimiento, dejando que sus voces se pierdan en el silencio.
Lo que me llega de "Tierra Verde" de la ecuatoriana Mel Mourelle es la conexión visceral con la tierra y la naturaleza, como símbolo de los sueños perdidos y de la esperanza enterrada. Su melodía cargada de melancolía y sus letras, que hablan de la pérdida de los ideales y la belleza de un mundo que se desvanece, me evocan el dolor de las generaciones olvidadas, de aquellos que ya no están, pero también de los que siguen luchando por un futuro mejor. "Tierra Verde" se convierte en un himno que no solo denuncia la tragedia, sino que también pide por un regreso a la esencia, al cuidado, a la justicia que debemos brindar a los más vulnerables.
Las tres canciones, aunque nacen de mundos diferentes, comparten una verdad universal: la memoria de aquellos que sufren no puede ser olvidada. Son gritos urgentes por un cambio, recordatorios constantes de la importancia de resistir frente a un sistema que, demasiadas veces, falla a los más vulnerables.